DOCUMENTAL "EL GATO Y LOS CABALLEROS"

Una expedición al interior de la tierra

Hasta la fecha de la construcción del pantano no se sabía fehacientemente que la cueva del Hundidero y la cueva del Gato se comunicaban bajo tierra. Eso fue lo primero que tuvieron que averiguar los ingenieros. Para ello organizaron una expedición con dos grupos de obreros que entrarían cada uno por una de las grutas. Tras casi un mes de trabajos construyendo puentes, pasarelas, escalas... para poder avanzar, los dos grupos de obreros se encontraron en mitad de la cueva. Habían tenido que cruzar más de 20 lagos de agua helada -algunos de más de 100 metros- salvar desniveles de vértigo, explorar numerosas galerías sin salida,... para acabar recorriendo los aprox. 4 kilómetros que mide la galería principal que comunica Hundidero con Gato.

Los trabajos de impermeabilización en el interior de la cueva comenzaron en 1929 y duraron unos 6 años, hasta el comienzo de la Guerra Civil. El éxito cosechado fue igualmente nulo. Aunque lograron sellar numerosos sifones e incluso galería enteras, el agua buscaba nuevos caminos para salir dentro de la cueva. Para colmo, cuando los avances fueron importantes y se redujeron mucho las pérdidas del pantano, se produjo un terremoto provocado por la enorme presión del agua acumulada. A pesar de ese incidente, la compañía siguió adelante con los trabajos hasta que en 1945 se dio oficialmente por vencida.

El esfuerzo fue titánico. Para poder trasladar la maquinaria pesada y las toneladas de cemento necesarias hasta el interior de la cueva, se llegaron a instalar en la boca de Hundidero railes para vagonetas y se electrificaron unos centenares de metros por esa entrada. Era tan firme y seguro el entramado de caminos que construyeron en el interior de la cueva, que algunos maestros de colegios de Ronda llevaban a los niño/as de excursión a atravesar desde Hundidero hasta Gato, ya en los años 50, cuando las obras habían acabado.